jueves, 29 de marzo de 2018

Semana Santa, chipas y huevos de chocolate ¿Y Jesús?

Cada vez que se acerca una fecha donde se recuerda a Jesús aparecen también otros personajes que quieren opacar su presencia y obra en este mundo. 
Cuando llega Navidad muchas personas se desesperan y caminan apresuradas por las calles recorriendo locales en busca del regalo perfecto. Aparece el famoso Papá Noel en muchísimas películas y comerciales convirtiéndose en el héroe de muchos niños. Cuando llega Semana Santa otra vez un místico personaje aparece en escena, el Conejo de los huevos de chocolate al que los niños esperan con ansiedad. Pero, déjame hablarte de un regalo que es el mejor que pueden darte en la vida, algo que no se compra con dinero en algún local comercial o que no se fabrica para una fecha específica del calendario, este regalo es eterno, se llama salvación y solo Jesús te lo puede dar. 
Cuando uno comienza a leer la Biblia, sobre todo el Nuevo Testamento se encuentra con Jesús, y él era totalmente fuera de lo común, hablaba con los niños, sanaba enfermos, enseñaba a las personas por medio de parábolas acerca del Reino de Dios. Es decir que durante todo su ministerio estuvo comprometido con el pueblo sin hacer diferencia por la condición social que tuvieran. 
Cuando el  Señor Jesús le pregunta  a Pedro ¿Me amas?, tras su respuesta le da una gran responsabilidad 'Apacienta mis ovejas'. Y cuando el Señor nos demanda que lo amemos también debemos preocuparnos por nuestro prójimo. ¿Qué significa prójimo? Significa próximo. Como cristianos debemos ser cuerpos de paz y llevar el mensaje del Evangelio con alegría y gran gozo. 
Que esta Semana Santa nos haga reflexionar acerca de la importancia de Jesús, de su amor y obra en este mundo. Que Dios te bendiga y que durante este 2018 puedas conocer a Cristo, no uno que cuelga de un madero hecho de madera, sino a quien murió y resucitó al tercer día. Jesús está vivo y desea que vivas y aceptes la salvación por medio de su persona. 

PAZ EN MEDIO DE LA TORMENTA

PAZ EN MEDIO DE LA TORMENTA
Así se titula una canción muy conocida, tras el inicio de la Semana Santa me gustaría hablarles acerca de quién es nuestro refugio en la tormenta. El rey David expresa en un pasaje muy conocido de las Escrituras “El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente” (Salmo 91), se puede apreciar la providencia protectora de Dios para aquellos que buscan habitar bajo su presencia.
 Cuando Jesús expresa ese sentir divino   dice lo siguiente “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que son enviados a ti! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como junta la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!” (Mateo 23:37). Es el deseo que nace del corazón del Padre, protegernos y brindarnos fortaleza.
Para algunos esta semana representa simplemente unos días de descanso, para nosotros es el recordatorio del sacrificio que Jesús realiza hasta la muerte de cruz para darnos salvación y vida eterna. Aceptar la salvación que nos ofrece Cristo es expresada en el libro de Juan “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (Juan 1:12-13).
Que este sea un tiempo para aceptar y acercarte a Cristo, porque los días transcurren y la Biblia ejemplifica de la siguiente manera “Porque ¿qué es nuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece” (Santiago 4:14). El día de salvación del cual habla Dios en su Palabra es el siguiente: “Cuando llegó el momento de mostrarles mi bondad, fui bondadoso con ustedes; cuando necesitaron salvación, yo les di libertad. ¡Escuchen! Ese momento oportuno ha llegado. ¡Hoy es el día en que Dios puede salvarlos!” (2 Corintios 6:2).
Mi querido lector deseo invitarte a asistir a una iglesia local donde se predique el Evangelio y la salvación por medio de Jesucristo, en la cual la Biblia sea la máxima autoridad y se crea en las manifestaciones del Espíritu Santo. Qué Dios te bendiga ampliamente y puedas disfrutar de paz aún en medio de las tormentas.